La etapa de planificar un viaje es, muchas veces, casi tan bonita como el viaje en sí. Leer sobre distintos destinos, ilusionarte con ellos, elegir entre distintas posibilidades y, finalmente, comenzar a armar toda la logística del viaje.
Si eres de los que les gusta organizarse todo, buscarás vuelos, transportes internos en el país, cosas para hacer, lugares para visitar y dónde pasarás la noche. Y es que el tema del alojamiento es algo básico cuando nos vamos de vacaciones. Encontrar hoteles de calidad es todo un arte.
Hoy en día, disponemos de un gran número de herramientas que nos facilitarán la vida a la hora de escoger un hotel. O no. A veces cuando tenemos demasiadas alternativas, perdemos la vida intentando discernir cuál será la elección correcta. Para ayudarte a que el proceso de elegir un hotel no sea algo traumático y pesado, te voy a dar unos cuantos consejos que espero que te sirvan:
Ten claro cuánto quieres gastarte
Este es un filtro que reducirá nuestras opciones considerablemente. Por ejemplo, estás mirando alojamiento en Barcelona y ves que el mapa del buscador de turno muestras centenares de hoteles. Comienzas a sentir unas palpitaciones en la cabeza y unas ganas irrefrenables de tirar el ordenador por la ventana. Pues no. Si tienes claro que no quieres gastarte más de una cantidad determinada, lo mejor es que utilices ese dato para sesgar las opciones.
En buscadores de cierta calidad – como, por ejemplo, Booking.com -, te ofrecerán la posibilidad de elegir distintos rangos de precio. Tanto si te apetece alojarte en algún lugar económico, como si se trata de una ocasión especial y deseas dormir con tu pareja en un hotel romántico, es una herramienta muy útil.
Decide en qué zona quieres reservar el hotel
Tanto en ciudades como en otras localizaciones de carácter más rural, siempre habrá una zona en la que prefieras estar. Quizá eres de los que rehúye del centro de las ciudades porque no quiere que le moleste el bullicio. O quizá te gusta estar en la zona de marcha porque piensas cerrar todos los bares de la ciudad. Para gustos, los colores.
El hecho de tener claro este parámetro, también acotará mucho tu búsqueda del alojamiento perfecto.
Elige qué extras son importantes
Una gran tele de pantalla plana en la habitación, un buffet de desayuno inacabable, piscina, sala para niños, discoteca, etc… Cada persona es un mundo y estará buscando un hotel que pueda satisfacer sus deseos. Decide cuáles son los tuyos y considéralos en tu elección.
Ten en cuenta la seguridad
Cuando estás de vacaciones, lo último que te gustaría es que se arruinasen por un robo o algo peor.
A la hora de escoger el mejor alojamiento, debemos tener en cuenta la seguridad que nos ofrece. Normalmente, debemos fijarnos en la ubicación del mismo e informarnos un poco sobre cuáles pueden ser las zonas conflictivas de la ciudad que vamos a visitar. Si estamos en la naturaleza, también conviene saber si un alojamiento aislado ofrece todas las condiciones de seguridad necesarias.
No hay nada como dormir sintiéndote seguro y tranquilo.
La importancia del personal del hotel
Esta es una máxima aplicable a todo el sector servicios: el personal de un negocio marca la diferencia.
Indudablemente, no es lo mismo bajar a tomar el desayuno y encontrarte a camareros de caras serias y adormiladas, que si te reciben con una amplia sonrisa y preguntándote, con gran dulzura, si has dormido bien. Eso es así. Recepcionistas amables y dispuestos a ayudar, personal de limpieza, chefs y camareros joviales que quieran que conozcas la mejor parte de su ciudad o pueblo… Eso es lo ideal, pero no siempre es así.
Para tener una idea de este tipo de actitudes, lo mejor es consultar el siguiente punto…
Leer las opiniones de otras personas
Desde hace unos años, ya nadie reserva un hotel – u otro tipo de alojamiento – sin leer las opiniones de anteriores huéspedes. Páginas como TripAdvisor, de hecho, han creado un modelo de negocio basado en ellas.
La mayoría de los hoteles tienen decenas o centenares de opiniones en Google o sus páginas sociales. No hay que leerlas todas, obviamente, pero sí al menos unas cuantas.
Personalmente, es algo a lo que suelo dedicar mucho tiempo cuando estoy buscando un alojamiento. Para mí es algo básico.
Política de pago y cancelaciones
Esto es otro punto básico que mucha gente comete el error de pasar por alto.
A la hora de hacer la reserva de un hotel hay que leer bien la letra pequeña del apartado de pagos y cancelaciones. Hoy en día, en muchos de los grandes buscadores, nos dan la opción de cancelar nuestra reserva sin gasto alguno, siempre que se haga con cierta antelación. Sin embargo, siguen existiendo establecimientos que no comparten esta política. Para no caer en tardías y vanas protestas postreras, mi recomendación es que os cubráis las espaldas y busquéis un hotel o alojamiento que permita cancelaciones.
Otro tema es el tipo de pago. Hace unos años, te cargaban la cantidad total de la reserva en el momento de realizarla. Sin embargo, actualmente la tendencia es usar la tarjeta de crédito como una especie de aval en la reserva. No se hará efectivo el pago hasta el momento de la pernoctación en el establecimiento elegido.
Después del viaje, nunca está de más comprobar el extracto de nuestra tarjeta de crédito, ya que a veces nos podemos encontrar con errores, como duplicar el cargo de alguna noche o el cobro de extras que no hemos consumido (mueble bar, spa, restaurante, etc…).
Compara el mismo hotel en distintas páginas
Por fin, tras mucho mirar y pensar, tenemos decidido qué hotel vamos a reservar. Muy bien.
Ahora llega el momento de conseguir el mejor precio. Puedes poner el nombre del hotel en Google y comparar los precios de las distintas páginas o usar comparadores de hoteles. No dejes de mirar (si tiene) la web oficial del hotel. Si eres algo flexible en fechas, juega con ellas para conseguir una mejor oferta.
¡Y ya lo tienes! Ahora, ¡a viajar y disfrutar!